El pentecostalismo unicitario, también llamado pentecostalismo del Nombre de Jesucristo, es una de las ramas del pentecostalismo moderno. Se caracteriza por practicar la doctrina de la Unicidad de Dios, es decir, por no creer en la Trinidad y considerar al «Padre», «Hijo» y «Espíritu Santo» como manifestaciones del mismo Yahveh, siendo su principal manifestación la figura de Jesucristo. Por consecuencia, sus creyentes practican el bautismo en el Nombre de Jesús, en lugar de seguir la forma trinitaria del bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Su unicitarismo se basa en una interpretación extrema del monoteísmo enseñado en el Tanaj hebreo (Deuteronomio 6:4); justamente la misma interpretación usada por los fariseos y otras sectas judías para rechazar a Jesús como mesías, pues consideraban que Dios no tenía un hijo igual en gloria o potestad, sino que se apegaban al extremo a esta doctrina de unitariedad como cimiento de su fe y cultura. La doctrina trinitaria, sin embargo no contradice la fe monoteísta ni el Tanaj en sí. Analicemos brevemente las incoherencias teológicas de la doctrina modalista del "Jesús Solo".
I.- ¿QUÉ ES EL MODALISMO? El "Modalismo" es una herejía cristológica que enseña que Dios no es una esencia compartida por tres personas, sino que existe un solo ser en tres modos, en diferentes tiempos. Los Pentecostales del Nombre (pentecostales unidos y otras sectas) creen que en el Antiguo Testamento Dios se manifestó como Padre, en el Nuevo Testamento durante su encarnación se manifestó como Hijo y desde pentecostés como Espíritu Santo. El modalismo también es conocido como Monarquianismo Modalista. Dicha herejía identifica a Jesucristo como Dios mismo (el Padre) manifestado en carne. El modalismo, se opone férreamente al dogma de la Trinidad. De acuerdo con la concepción trinitaria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son cada una de las tres personas de la Trinidad. En cambio, los modalistas afirman que estos términos nunca pretendían hacer distinciones de tres personas eternas dentro de la naturaleza de Dios, sino que simplemente se referían a modos o manifestaciones de Dios. En otras palabras, Dios es un ser individual y único y los diversos términos usados para describirle (tales como Padre, Hijo y Espíritu Santo) son designaciones aplicadas a sus diferentes formas de actuar o a las diferentes relaciones que Él tiene para con el hombre. La principal corriente del modalismo en los primeros siglos del cristianismo fue el patripasianismo o sabelianismo. El patripasianismo (del latín pater, patris, padre, y passus, padecer) fue una doctrina cristiana monarquianista de los siglos II y III que negaba el dogma de la Trinidad al considerar la misma como tres manifestaciones de un ser divino único, sosteniendo que fue el mismísimo Dios Padre quien había venido a la Tierra y había sufrido en la cruz bajo la apariencia del Hijo. Esta doctrina, considerada herética tras ser condenada en el 261 d.C. por el Concilio de Alejandría, es también conocida como sabelianismo al ser su principal defensor el obispo Sabelio, sacerdote y teólogo del siglo III.
II.- CRISTO MISMO HABLA DE LA TRINIDAD: En Juan 14:16-31 Jesús habla del Padre y del Espíritu Santo como personas distintas a él. Ruega al Padre para que envíe al Espíritu Santo. Dice que él y el Padre se manifestaran a quienes lo aman. Indica que vendrán para morar en el que lo ama y guarda sus mandamientos; y que el Padre enviará al Espíritu Santo en el nombre de él. Además, enseña que va al Padre, que el Padre mayor es que él; ya que hace lo que su Padre le mande. Sigue hablando del Padre y del Espíritu Santo en los capítulos 15 y 16; también en el capítulo 17 tenemos la oración al Padre. Todo indicando que hay tres personas en la Trinidad. Jesús decía que las obras que él hacía y las palabras que hablaba no eran suyas, sino del Padre que lo había enviado. (Juan 5:19, 30,36; 6:38; 7:16). Menciona cosas, conocimientos actividades que correspondían definitivamente a uno y no al otro, con lo que mostraba que él y el Padre eran, son y serán dos personas identificables: El padre le entrega el juicio al Hijo. (Juan 5:22); el padre sabía el día de la venida futura del Hijo, pero el Hijo no lo sabía. (Marcos 13:32); el Padre glorifica al Hijo. (Juan 8:50,54); el Padre lo ama a él, y él al Padre. (Juan 3:35; 5:20; 10:17; 14:31; 17:23,24). Jesús habla de distinción de lugares entre él y el Padre, cosa que sería imposible si se tratara de la misma persona. “Salí del Padre… Voy al Padre… Padre nuestro que estas en los cielos” (Juan 14:12,28; 16:28; 20:17; Mateo 6:9). Jesús oraba al Padre. El Señor se dedicaba a la oración, no solo como ejemplo como algunos sugieren, sino para tener comunión con el Padre y recibir respuestas a sus peticiones (Marcos 1:35; Lucas 5:16; 6:12; 9:28; 11:1; 22:39-44; Mateo 26:39; Juan 11:41,42; 17; Hebreos 5:7). Cristo, nuestro sacerdote, intercede ante el Padre. Todo el sistema simbólico del sacerdocio pierde su significado si solo existe Jesús en la Deidad. La epístola a los Hebreos enseña que Jesús hizo realidad ese simbolismo al presentarse a sí mismo en sacrificio ante Dios Padre, donde intercede por nosotros. La Biblia enseña que Cristo intercede, ora y pide por nosotros al Padre (Hebreos 4:14; 5:10; 6:20; 7:17; 8:6; 10:22). Hebreos 7:25 nos enseña que Jesucristo vive eternamente para interceder por nosotros. Cristo es el mediador entre Dios y los hombres. (1 Timoteo 2:5; 1 Juan 2:1-2).
III.- LOS ÁNGELES DIERON TESTIMONIO DE LA TRINIDAD: Los ángeles mismos dan testimonio de la Trinidad. El ángel menciona la Trinidad en la anunciación. Véase cuando el ángel Gabriel anuncia a María la encarnación, menciona las tres personas de la Deidad (Lucas 1:35).
IV.- LOS MIEMBROS DE LA TRINIDAD SE MANIFESTARON SIMULTÁNEAMENTE: En su bautismo, Jesús salía del agua cuando el Espíritu Santo descendió como paloma, y se oyó la voz del Padre desde el cielo (Mateo 3:16-17). En otras dos ocasiones leemos que la gente que estaba con Jesús oyó la voz del Padre (Juan 12:23-30; Mateo 17:1-5). En el monte de la transfiguración, Dios dijo desde la nube: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. Esteban, lleno del Espíritu Santo, vio los cielos abiertos y a Jesús a la diestra de Dios. Hechos 7:55-56). Surge la pregunta ¿Como pudo Esteban ver a Jesús a la diestra del Padre, Si Jesús mismo es el Padre?, como afirma la doctrina de los solo Jesús. Hebreos 1:1-3 nos presenta al Hijo de Dios sentado a la diestra de la majestad en las alturas.
V.- LOS APÓSTOLES CREÍAN EN LA TRINIDAD: La predicación de Pedro en la casa de Cornelio enseña la unidad de Dios en cooperación de tres personas. (Hechos 10:38-42). Efesios 2:8-22, enseña que las tres personas obran para nuestra salvación. Hebreos 9:14 hace la pregunta: “…¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?..” (Esto también se enseña en Romanos 1:1-4; 1 Pedro 1:2; 1 Juan 3:23-24). En los primeros versículos y en muchos de los últimos de casi todas las epístolas en el Nuevo Testamento, se encuentran referencias a la Trinidad que invocan los apóstoles: “…La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros. Amen.” (2 Corintios 13:14).
VI.- LOS TÍTULOS DADOS A JESÚS NO EXCLUYEN A OTROS MIEMBROS DE LA TRINIDAD: Los del movimiento solo Jesús usan Isaías 9:6 para identificar a Jesús con Dios el Padre, porque llama al niño que había de nacer Dios fuerte, Padre eterno, Pero esto no quita la existencia de la primera persona de la Trinidad que lleva los mismos títulos. Ni quiere decir que Jesús seria su propio padre. Todo padre humano es a la vez hijo de un padre. Jesús seria a la vez Hijo de Dios el Padre Eterno para los que nacerían de nuevo por su obra redentora. Recordemos que muchas veces un padre y su hijo llevan el mismo nombre. Esto habla de su parentesco, pero no niegan que tengan personalidades independientes. Isaías 53:10-11 afirma que el que llevaría el castigo de muerte por los pecados de la humanidad vería linaje como resultado de su sufrimiento por las almas. El ser Padre de las almas no quita el hecho de que a la vez él tenga un Padre. A ambos se les puede llamar “Padre eterno”. La doctrina unitaria le quita sentido a las Escrituras. La hermosa oración de Jesús en Juan 17 no tiene significado si el Padre es Jesús mismo. Juan 3:16 pierde su sentido, pues, ¿Quién sería el Hijo unigénito? ¿Qué quiere decir Juan 1:1-2,14 cuando afirma que el Verbo era con Dios, y era Dios, y que era el unigénito del Padre? Si Jesús es la única persona de la Deidad, ¿Qué significa Juan 1:18 cuando dice: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer?” Si Jesús mismo era el Espíritu Santo, la promesa que Jesús les hizo a los discípulos de enviarles otro Consolador era entonces un engaño.
CONCLUSIÓN: El Movimiento Solo Jesús, o Pentecostalismo Unicitario, ha estado vigente por siglos, de una u otra forma, como modalismo o sabelianismo. Sin embargo, pasajes como Mateo 3:16-17, donde dos o las tres Personas de la Trinidad están presentes, contradice la visión modalista. El modalismo fue condenado como herético ya en el siglo II d.C. La iglesia primitiva condenó fuertemente la opinión de que Dios es estrictamente una Persona singular que actuó en formas diferentes en diferentes momentos. Ellos afirmaban, que en base a la Escritura, la tri-unidad de Dios es evidente en que más de un Persona de la Divinidad es vista a menudo simultáneamente, y con frecuencia interactúan una con la otra (Génesis 1:26; 3:22; 11:7; Salmos 2:7; 104:30; 110:1; Mateo 28:19, Juan 14:16). Por ende, la doctrina del Pentacostalismo Unicitario, o Solo Jesús, es antibíblica. El concepto de la trinidad de Dios, por otra parte, está presente a través de la Escritura. No es un concepto que sea fácilmente comprendido por la mente finita. Y debido a que el hombre quiere que todo tenga sentido en su teología, movimientos como Solo Jesús (por no mencionar a los Testigos de Jehová) regularmente se levantan para tratar de explicar la naturaleza de Dios. Desde luego, esto sencillamente no puede lograrse sin violentar el texto bíblico. Los cristianos han llegado a aceptar que la naturaleza de Dios no está sujeta a limitaciones que nos gustaría imponerle. Simplemente le creemos cuando nos dice: “...Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos...” (Isaías 55:8-9). Si no podemos entender Sus pensamientos y caminos, aceptamos que tampoco podemos comprender Su naturaleza.